Con enorme dolor, despedimos a nuestra querida compañera Luisa Bertrans de Barahona, la Abuela de Zárate. 
La tristeza es aún mayor porque Luisa parte sin haber podido abrazar a su nieto o nieta, a quien buscó incansablemente.
Luisa se crió en el campo y era la menor de ocho hermanos. A los 20 años se casó con Francisco Barahona y se instalaron en la ciudad de Zárate, provincia de Buenos Aires. 
El 19 de mayo de 1977, su hija Juana, embarazada de un mes y medio, y su yerno Mario, fueron secuestrados en la localidad de Baradero. Luisa debió dedicarse a cuidar a Santiago, el hijo de ambos. Seis meses antes, la dictadura ya le había arrebatado a su hijo Francisco, de 19 años, militante de la Juventud Guevarista, asesinado por un grupo parapolicial.
En un inicio, su consuegra encaró la búsqueda de ese nieto o nieta que debió nacer entre diciembre de 1977 y enero de 1978, pero cuando Santiago fue adolescente, Luisa se integró a Abuelas de Plaza de Mayo.
En reconocimiento por su lucha, fue declarada Ciudadana Ilustre de Zárate, donde vivió hasta sus últimos días.
Desde allí, durante muchos años viajó a nuestra sede en Buenos Aires cada martes para participar de las reuniones de Comisión Directiva, cada año para estar presente en las asambleas institucionales. Y siempre, a pesar de las dificultades propias del paso del tiempo, asistió a los aniversarios para continuar abrazadas en este camino.
De mirada amable y tierna, Luisa siempre participó de las campañas de búsqueda. Hace dos años, compartió la a receta de la salsa para tallarines con carne mechada, que cocinó Narda Lepes, para dejarle a su nieto o nieta este legado familiar.
Luisa siempre lo/a esperó con los brazos abiertos. Desde Abuelas, lo/a seguiremos buscando con ese mismo amor. 
En este momento de dolor, abrazamos a Santiago y su familia, y a todos sus personas cercanas. 
¡Hasta siempre, querida Luisa!